Sólo si eres alguien que aprecie los sentimientos y sus pensamientos, disfrutará de la escritura de ellos.
Éste blogger permanecerá abierto para el disfrute del lector por petición solicitada de compañer@s blogueros, tendrá la actividad qué las musas así lo dispongan.

27 de enero de 2015

Tatuaje.



Donde la espina clavó su punta
queda tatuada la rosa, -herida-,
brotando la gota de sangre
piel que no recupera y se consume en vida.

Cuando la mente pierde la cordura,

la oscuridad penetra entre cuatro paredes frías,
franqueable muro, así son los días.

Con cadenas fustiga su tormento

el dolor la mata y yace sintiendo,
no merecer más suplicio
que le somete la daga de ese, su infierno.

                                             

Yayone Guereta.

19 de enero de 2015

Quizás, quizás, quizás...



Quizás guardó bajo el musgo del sauce toda esperanza,
quizás solo la detuvo allí a la espera de otro motivo.

La llave que abriría un nuevo tiempo,
a vivir la emoción de lo perdido.

O quizás era una fantasía que soñaba en sus devaneos con los sueños,
sentada frente al río,
donde mojaba sus pies y la mirada se le iba al infinito,
con los pantalones remangados
y el trasero en un tronco hundido.

Arranca la hierba a puñados,
desnudando la tierra, hasta hacerla surcos,
en sus idas y venidas de pensamientos,
a veces inauditos.

Deja volar sus ganas
monta en nubes
y descalza,
se apresura a alcanzar lo prohibido.

Pero cuando empieza los truenos
y cruje los relámpagos, se le nubla lo sentido,
y sin darse cuenta, nota en sus mejillas,
gotas saladas que se entremezclan,
es la lluvia,
que se junta con sus lágrimas como amigas.

Despierta con triste gesto,
y a toda prisa,
se refugia entre los arboles que calman su desdicha,
y le proporcionan el aire que necesita,
bocanada que inhala, paz interior que suplica.

Quizás solo sean los quizás de algo que ansía,
hasta puede,
que esté en un quizás, que quizás nunca sabría.


Yayone Guereta.




15 de enero de 2015

Tengo.



Tengo, un te quiero enjaulado,
millones de deseos guardados,
y el tiempo juega en contra en ponerse de mi lado,
y yo no se que hacer con tanto cielo atormentado,
si te digo ven,
y tu no sabes ni que existo acaso.

Te siento tan grande...
que me aparto,
a tu lado me hago pequeña
y no tengo valor
para dirigirme hacia ti ni un paso
por miedo al rechazo.

Y yo aquí suspirando,
sin saber como hacer ni que decir
por tener,
un encontronazo acertado.

Tú tan culto
con tanta vida entre tus manos,
cuantas cicatrices contadas en relatos
heridas versadas en papeles blancos.

Cuanto lápiz gastado en folios tirados,
toda tu alma, la siento tanto...

Y yo aquí me quedo suspirando,
prefiero vivir de silencios a un NO sepultado,
llamenlo cobardía,
aceptado, 
solo espero al destino sabio.

Si a de ser, será, si no...

en la eternidad nos encontramos.



Yayone Guereta.



Somos de carne.



Sorbo a sorbo, paso a paso,
embeber-te, degustar-te despacio,
caminar-te suave y lento
hasta fundir mí piel con tu tacto.

Recorrer cada rincón olvidado
desearnos sin motivos, sin espacios,
deteniendo el tiempo cuando nos buscamos.

Besos que ensalivamos al mezclarnos,
-somos carne-
y de caricias nos alimentamos,
de sentimientos al tocarnos.

Pasiones que en timidez desnudamos,
como un juego de niños
-lo empezamos-,
y nos vamos embarrando hasta llegar a ensuciarnos
de palabras lascivas susurradas que alteran en el oído, estallando.

(Nos perdemos en un bucle de espasmos
y nos comemos vivos, casi, hasta dañarnos)

Dulce dolor que aceptamos,
-alcanzando el éxtasis-
la locura que en lujuria colmamos,
cuerpo a cuerpo, labio a labio.


Yayone Guereta.



14 de enero de 2015

Reivindicando.



Que el aire 
revuelva mis entrañas,
y hasta el último hálito de vida
no me deje sin mañanas.

Que un soplo de aire
traiga el suspiro que me eleve
y no me deje de rodillas,
si no de pie y de puntillas.

Para poner el cuerpo erguido
la cara y las manos en alto,
mirar al cielo y al infinito
y arremeter 
con lo que me es impuesto
sin doblegar mis pasos.

Al infierno le pido
que me de una tregua,
no embista a sus demonios
ni a sus ángeles caídos 
que yo no creo en hadas
ni en duendes paganos.

Es el espejo quien me habla de realidades,
de estar y ser persona,
lo demás, 
lo dejo para fanáticos radicales.



Yayone Guereta.


12 de enero de 2015

Noches que aprietan.




Es por las noches
donde el insomnio le aprieta,
cuando esconde la sonrisa de pega
y se enfrenta a la realidad que le supera.

Asoman los demonios 
a la tenue luz de las velas,
le persiguen las sombras
los recuerdos su triste condena.

Mira la luna, 
la que prende su candela
y pide a sus destellos
que le acompañe en su pena,
que no la deje sola
que a su manto se enreda,
así se siente protegida
arropada por su dulce estela.


Yayone Guereta.


Hilo de esperanza.




Era joven, sin embargo, 
prendía arrugas de vejez es su alma,
aunque por los poros de su piel, aún respiraba.

Con anhelos por volver a sentir
unas manos
que le diesen vida a su desgarrada mirada,
que le hiciesen vibrar como en otra etapa.

Echaba de menos esa necesidad tan humana.

Ya no espera ni cree en milagros,
aunque se aferra a una esperanza
que le tienda la mano esta existencia
para no acabar sus días deteriorada
y creer que las caricias no dañan.


Yayone Guereta.


11 de enero de 2015

Elementos



Fuego y agua
tierra y cielo,
cuatro elementos de la vida
y en mi,
ni los siento como deseo.

Nada quema mi fuego
ni sed para saciar
y beber en ningún abrevadero.

Con pies de plomo
piso la tierra
para no caer de nuevo,
y el cielo... Ayyy!!!

En cuanto espacio de tiempo
podré tocarlo de nuevo.


Yayone Guereta.