Viejo es el tiempo
que deja vestigios desiertos,
a la vez sabio
los desgastes saben de que hablo.
Pasiones que nacen y mueren en el acto,
el cerebro va secándose,
aglomeraciones de un pasado.
Focos de recuerdos
que a la mente llegan trastocados,
esfumándose en un chasquido de dedos,
y parece que nunca existió,
error craso.
Una vida sometida al contrario,
a dar,
sin pedir nada a cambio.
Los años pasan
pesan como sacos,
los días como segundos esfumados,
espera con una quietud pausada
sin poder hacer nada.
A veces se le escapan lágrimas,
y como de un acto reflejo...
traga.
Ya apenas es consciente,
se le va la mirada.
Vida que te antojas,
lo mismo das...
que quitas a tu forma.
Yayone Guereta.