Sólo si eres alguien que aprecie los sentimientos y sus pensamientos, disfrutará de la escritura de ellos.
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20 de octubre de 2016

Desde esta soledad.



Permíteme si te escribo desde esta soledad abatida, 
en el pensamiento tibio que la trastoca,
con el semblante hecho escalofrío,  
dibujo en la mención a los recuerdos que intento resguardar 
y comienzan a desmarcarse para no olvidarte.

Instantes que captura la memoria 
y quedan grabados -per secula seculorum-
hasta que el laberinto de la consciencia quiera borrarlos.

Desperté con la sensación agridulce que deja en nostalgia 
a la evocación en un sueño desolado, 
pellizcando los bordes de mis sentidos golpeándome el ceño.

Recobro el ensueño para abocar la magia de sentirte, 
de nuevo acercándonos, 
en una simbiosis donde somos tú y yo, 
/con la preocupación de retenerte/, 
detengo el candor dulce de tu voz, 
esa voz quedita susurrando cánticos y arrumacos de ternura, 
unidas por el lazo indestructible del amor.

La piel extraña instantes en el tiempo 
que se intentan recuperar en distintos tactos, Ama...)

Acurrucada a tu regazo al calor del pecho que me crió 
-a ésta, hoy, mujer escribiente-, 
e inflado los pulmones de tu olor y expandir las caricias de tu costado en mi piel 
para acomodarte en mis entrañas, reteniendo la niñez
que requiero conquistar del presente, tan ausente hoy en mis días.

-ahora en tu plenitud añeja, eres tú, la niña de mis ojos-

deja que te cuide con la misma dedicación que tú hiciste, 
quiero alargar y atesorar el tiempo que en su manto recoge savia, 
dedicarme a ti en cuerpo y alma, 
la que te llevarás contigo cuando te arrebate ese minutero osado que hace expirar el latido,

-sigues estando y es tan arduo abandonar esta angustia-,

que desespero ante una evidencia cronológica y escapada de entre mis manos.


Nota:

El amor en todas sus formas es,
un dolor insufrible que castiga.


13 de octubre de 2016

Amor delirante.



Fueron dos islotes rotos en infinitos pedazos, 
bajo un cielo que tolera el peso de las almas errantes en descenso.

Se rompieron con el filo de la palabra cruzada,
lanzada desde la boca sin límite que disputaron egos,
en poesía decadente escupiendo soberbia, ira,
pecado capital sin perdones que daña en el duelo de los amantes.

Las voces fusilaron cualquier murmullo y del silencio, 
quedó el vacío,
y en las ausencias que se generan a la memoria donde se hacen espirar los recuerdos, 
llegó el olvido.

Ansié tantísimo su piel canela bañada por el sol de sus días 
y deseé tantas veces ser empapada por todo mi cuerpo 
con el efluvio de tal ambrosía...)

Tanta belleza no podía ser de este mundo,

-el enamorado párpado es ciego en sentir-

Por unos instantes detuve en mis manos su esencia,
esencia que recorto en recuerdos 
para no maltratar la herida que está sanando del reproche, 
el que ultrajó con tanto desprecio 
y el que yo adoré en mi inconsciencia hasta la locura.

Fuimos un amor delirante, 
al que llamé en mi abandono libertad,
y prófuga del sentimiento me hizo salir hacia mar abierto,
-mi mar-
descargando la toxicidad de ese puerto en sensaciones, 
sujetando arrecifes de coral.

De nosotros quedó la nube guerrera,
sin rumbo ni horizonte,
volátil y oscilante,
dos gotas de rocío que la tierra tragó.

Oh...tristeza que lo anidas,
corazón que albergas odio
al amor que te dio siete vidas.


7 de octubre de 2016

A un golpe de caricia.



Con la lengua rota,
los labios anudados desde las esquinas
la boca causada de deseos
y el bolsillo vacío de eternidades,
es mi sombra cómplice compañera aliada,

/doble piel fiel adherida a mí/

paralelamente entre las emociones y los miedos, 
consolidan la soledad que en sus infinitos colores visité.

Yo no temo este cambio de tiempo 
desfilando secretos,
viendo pasar fotogramas desde la memoria 
llego a recordar sentimientos,
que cada día nacieron desde mis sesos,

/ las telarañas atadas al pecho penden de un manotazo/

endeble y delicado a un golpe de caricia que lo fulmine o lo culmine 
a tocar ese cielo que con su manto cubre toda angustia.

Escucho a la noche en su abarrotado silencio 
y en su único dialecto que entiendo,

(como si fuese única también en su Olimpo de petición),

la luna me cuenta cómo construir castillos en esta garganta de arena
-que arraigada a sus huellas-
pondrá entre las caracolas él susurro que la guíe en los vientos
hacia un mar demorado dondequiera
y zambullirse al océano 
para ser ola lanzada al espacio haciéndose infinita.

Tan lejos y tan cerca de mí.


Yayone Guereta.

De mi voz:


@ElrincóndeNai.